martes, 10 de abril de 2012

Thoughts, thoughts. They never leave.

Sentado por lo que podríamos denominar un exhaustivo prolongado momento una cantidad ciertamente llamativa de pensamientos son capaces de cruzar tu mente, ¿Vale la pena seguir intentando? ¿La vida así como la conocemos es correcta? ¿El tiempo podrá ser permisivo y me dejará ojear mi victorias pasadas algún día? ¿POR QUÉ? Ciertamente esta última debe ser la más recurrente, sí así sin tanta formulación ni esfuerzo esa frase sin duda alguna es la visitante privilegiada en cualquier mente. Y es que está en nuestros genes ese instinto de intentar comprender algo que esta fuera de nuestro entendimiento, sí es cierto que la ciencia ha avanzado y la civilización por consiguiente también pero sí te detienes a pensar todos estos innovadores descubrimientos sólo traen consigo más innovadoras y complicadas preguntas. Para mí, particularmente, sabemos un poco más que nada.

La manera en que la personas lidiamos con esta premisa es interesante, muy interesante. Algunos se dedican a indagar más para satisfacer un ansiedad por el conocimiento sin límites, otros devotamente entregan su fe y algunos otros prefieren no complicar más las cosas de que ya estaban al momento de encontrarlas. No hay manera propiamente correcta, es una elección que hacemos en base a nada. Podríamos decir que jugamos en un casino que no cierra nunca, 24 hours all day long. Claro, de más esta decir que esto también es totalmente subjetivo y eso es intrínsecamente un aperitivo para largas e inútiles discusiones, debates, entre otros.

¿Tiro el dardo y decido que hacer? Bah... Mejor sigo leyendo bajo la placentera compañía de la música.